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Mar Amate

Mar Amate

"Me emociona que mi padre me pregunte qué tal estoy y yo le responda esa palabra tan suya, "estupendamente" y que mi madre se ría de fondo."


Mar Amate es la voz de mis mañanas.
Desde siempre. 
Y nunca le di tanto valor como cuando dejé de escucharla.
De repente.
De un día para otro ya no me subí al coche a todo correr ni puse la radio para escucharla.
Por eso, el día que volví a hacerlo, tuve la necesidad imperiosa de decirle que sin darme cuenta , formaba parte de una maravillosa rutina a la que tanto eché de menos.
Y su voz nunca volvió a sonar igual para mí.
Desde entonces, suena mucho más bonita.
Si cabe...

Ella lo sabe, ella entiende y disfruta de su día a día.

Se deja enredar por las cosas bonitas que le van surgiendo.
Y tiene una habilidad innata para convencerte de que brillas cuando en el fondo todos sabemos que somos el reflejo de su luz.

Si queréis saber a qué luz me refiero, pasen y lean:

- ¿Qué es lo que más te gusta de tu rutina?
Me gusta saber que dentro del caos está el orden y esa es mi rutina. Las cosas que hago cada día y me colocan las ideas y la cabeza. Me encanta saber que a 05:00 estaré tomándome un café en la cocina mientras suena la radio en el teléfono móvil. Que mientras se hacen las tostadas y el café, me da tiempo a una ducha rápida que apenas dura 3 minutos. Me emociona poder llamar a mis padres antes de las 14:00 cada día y preguntarles qué van a comer en un rato, que mi padre me pregunte qué tal estoy y yo le responda esa palabra tan suya "estupendamente" y que mi madre se ría de fondo. Me gustan los mensajes de mis amigas contándome como les va el día y que me manden fotos de lo que están haciendo. En esa rutina cada evento marca una hora y me da alegría saber que está ahí.

- ¿Y lo que menos?
No me incomoda la rutina, no me molesta. La rutina no es rutina es un cotidiano y me siento cómoda con ello. Cuando lo cotidiano se convierte en rutina mal entendida intento cambiarlo.

- Algo de tu día a día a lo que nunca le has dado importancia.
Antes de la pandemia no le daba importancia a los paseos, a caminar. Ahora se han convertido en algo imprescindible. Camino todos los días. Me hace sentir tan bien que en ocasiones me sorprendo sonriendo. He descubierto que caminar me llena de energía y paz

Mar amate Radio Cadena 100

- Cuatro cosas sin las que no podrías vivir:
Creo que el ser humano puede sobrevivir a casi todo. Estamos creados para eso, pero no querría vivir sin:

- El amor de los míos
- Mis amigos
- La risa
- Esas cerveza al sol con esas personas que forman parte de tu vida, a las que quieres.

- ¿Las cuidas?
Intento hacer todo lo posible. Me esfuerzo por hacerlo y hacerlo bien. Digo esfuerzo porque aún habiendo amor y ganas uno debe hacer consciente las cosas y ponerlas en marcha, ejercitarlas. Y eso requieres ir un paso más allá y esforzarse. Las cuido pero tengo que mejorar:) 

Mar Amate

- Algo de tu vida cotidiana que regalarías. 
Mis madrugones. Levantarme a las 04:30 de la mañana.

- ¿Quién crees que se lo quedaría? 
Creo que nadie, pero lo que no saben es que levantarse tan temprano tiene sus ventajas y cada día le encuentro más.

- ¿Sonríes cada día? 
Rotundamente sí. Sonreír es casi una obligación. Sonreír alegra el alma.

- ¿Eres consciente cuándo lo haces? 
La gran mayoría de las veces. Sonreír alegra de por sí. Esa curvatura de los labios ya le indica al cerebro que algo va bien. Hay que hacerlo. Siempre hay razones y hay que intentar darse cuenta de esa suerte. 

- ¿Cuándo fue la última vez que diste las gracias? 
Hace un rato.

- ¿Sonrió?
Sí, y agradeció mis gracias. Ha sido bonito. 

- Descríbeme un día perfecto para ti.

Levantarme temprano, estirarme sin prisa en la cama y dar besos y buenos días a quien tenga cerca. Un buen desayuno, la casa oliendo a café y a pan tostado. Ducha y a la calle a pasear el día con sol por la ciudad, un museo o una exposición y vuelta a pasear para buscar esa terraza donde picar algo mientras arreglas el mundo con esos amigos a los que ves hoy y que son familia. Ir a casa de mi hermano y mi cuñada a comer, y recoger a mis padres para ir juntos. Preparar la mesa junto a mis sobrinas, servirle un dedito de vino a mi madre que nunca bebe y en la sobremesa preparar un parchís, apostando dinero, claro. Hacer una videollamada al terminar la partida para contarles a mis hermanos que no están quién ha ganado y quienes han hecho trampa. Ver cómo se ríen porque al vernos nos sienten más cerca. Volver a mi casa mientras hablo con una amiga por teléfono. Entrar en casa y responder a algún whatsapp bonito que me haya llegado. Ponerme la ropa de casa y un vino y ver esa peli tirada en el sofá que tanto me apetecía. Y antes de quedarme dormida, dar las gracias por tener tantas cosas valiosas que cuidar.

- ¿Harás que suceda / vuelva a suceder? 
Claro que lo haré:) 

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