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La Navidad de siempre

La Navidad de siempre

Hacía años que no le ilusionaba especialmente la Navidad.
La emoción se había desvanecido al mismo tiempo que cumplía años.
Ella, que siempre esperaba ansiosa a que llegara el último mes del año,
cada vez sentía menos.
Ni las luces en la calle.
Ni en su casa.
Ni la música.
Ni los reencuentros...
Nada llenaba el vacío de vivirla con quien cada vez recordaba menos.
Pero nadie lo sabía...
Y menos él.
A quien le seguía embelesando mirar cómo ella decoraba la casa.
Y subía la música.
A quien se le seguían moviendo ligeramente los pies.
Porque aun sin acordarse del título,
sabía con quién la bailó.
Durante tantos años.
"Han llamado a la puerta",
dijo mientras tarareaba su canción.
Era su hija.
Y su nieta.
Cada año se reunían en el mismo salón.
Cada año se sentaban en el mismo lugar.
Y cada año la receta era la misma.
Pero sabía mejor.
Su hija ayudaba a preparar la mesa.
Mientras su nieta ponía una y otra vez la canción.
"¿Por qué cada año hacen lo mismo, mamá?" le preguntó bajito.
"Te voy a contar un secreto", le contestó su madre:
Es la manera de ella de que el abuelo recuerde de todo lo que le gustaba la Navidad.
¿Y por qué el abuelo siempre pone esa canción?
Porque es la manera que tiene él de decirle a la abuela que nunca se olvidará de ella.

A veces, el verdadero regalo
es poder vivir como siempre la Navidad.

 

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